AGRAGEX sobre las exportaciones del 1er trimestre 2024

La adaptación a nuevas condiciones de mercado y la búsqueda de soluciones innovadoras serán clave para revitalizar el sector y recuperar el impulso perdido en las exportaciones.
Las exportaciones de maquinaria, equipos y productos para el sector agropecuario han enfrentado un inicio desafiante en el primer trimestre de 2024, marcado por una caída del 7% en comparación con el mismo período del año anterior. Esta tendencia negativa refleja un deterioro continuo que sigue al declive del 6% registrado en 2023.
Varios factores han contribuido a esta disminución persistente. Inicialmente, la pandemia de Covid-19 afectó significativamente el mercado, generando incertidumbre y un temor generalizado al desabastecimiento. Esta situación provocó un aumento en las compras anticipadas de maquinaria, recambios y materias primas, tanto a nivel nacional como internacional.
Además, la invasión de Ucrania introdujo nuevos niveles de inestabilidad global, exacerbando las preocupaciones sobre la seguridad de las cadenas de suministro y aumentando la volatilidad en los mercados. Este contexto de incertidumbre geopolítica ha contribuido al estancamiento de las ventas y ha afectado negativamente la confianza del consumidor final.
Durante los años anteriores (2020-2022), el sector había experimentado un período de crecimiento robusto, a pesar de los aumentos en los costos de materias primas como el acero, los combustibles y los fertilizantes. Sin embargo, la continua escalada de precios y los márgenes ajustados han llevado a un agotamiento en la capacidad de absorber mayores costos, lo que ha repercutido en una reducción progresiva de las ventas a partir de 2023.
La situación no es exclusiva de España, ya que otros países europeos también han experimentado declives significativos en las importaciones de equipos agrícolas españoles. Francia, Italia y Portugal destacan con caídas del 16%, 17% y 7%, respectivamente, evidenciando un panorama económico complicado en todo el continente.
En respuesta a estos desafíos, es crucial adoptar políticas que simplifiquen la burocracia y promuevan un entorno más favorable para los agricultores y ganaderos. Esto incluye respetar y valorar adecuadamente su trabajo, así como aplicar medidas administrativas con sentido común para mejorar la eficiencia y reducir costos operativos.
Aunque los desafíos persisten y el panorama económico es complejo, la industria debe prepararse para enfrentar estos tiempos difíciles con una estrategia renovada y un enfoque en la sostenibilidad a largo plazo.