En el ámbito de Sussex Agri Power y sus clientes, el arado sigue siendo una herramienta indispensable para la preparación del lecho de siembra.
Con una flota que incluye cuatro arados reversibles de seis surcos, tres de los cuales son modelos Kverneland, la empresa ha encontrado en el Kverneland XHD la solución más resistente y duradera.
Clive Tedbury, quien dirige la división de laboreo junto con su socio Neil Clarkson, explica el papel crucial de los arados Kverneland en las operaciones diarias de Sussex Agri Power. «Confiamos principalmente en dos modelos LO 100/300 como pilares de nuestra operación de arado, especialmente justo antes de las combinaciones de sembradora con grada rotativa», comenta Clive.
En una temporada típica que abarca desde semilleros de maíz hasta cultivos de primavera y otoño, Sussex Agri Power trabaja en un promedio de 1,619 hectáreas con estos arados. Clive destaca la importancia del metal XHD de Kverneland para optimizar la eficiencia y la durabilidad en condiciones de terreno variadas y desafiantes.
«Con los arados equipados con XHD de Kverneland, podemos labrar entre 810 y 1,011 hectáreas con un solo juego», señala Clive. «Aunque inicialmente son más costosos que otras alternativas, la inversión se amortiza rápidamente debido a su mejor rendimiento y durabilidad».
El beneficio se traduce en un triple ahorro para Sussex Agri Power: significativa reducción del tiempo de inactividad, mayor seguridad para los operadores debido a cambios menos frecuentes de desgaste, y una gestión más eficiente del inventario de piezas.
«Antes cambiábamos las puntas no originales de tungsteno cada 121 hectáreas, pero con las puntas Kverneland XHD, hemos aumentado la vida útil en una proporción de seis a uno», explica Clive. «Este cambio no solo optimiza nuestro proceso de trabajo, sino que también nos permite planificar mejor el mantenimiento».
La fiabilidad y el rendimiento consistente de las puntas Kverneland XHD han transformado la operativa de Sussex Agri Power, asegurando que cada arado opere de manera eficiente incluso en las condiciones más exigentes. Este enfoque no solo mejora la productividad, sino que también reduce los costos operativos a largo plazo, posicionando a los arados Kverneland como la elección preferida para la preparación de suelos en la agricultura moderna.